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La frase de la semana

Berlusconi se despachó con un «hay que reconocer la superioridad de la civilización occidental» y recibió afortunadamente la debida contestación de rechazo desde las cancillerías europeas y americana… aunque muchos estarán muy de acuerdo con el primer ministro italiano y se callan en público lo que admiten en privado. Pero es de agradecer que, en aras de facilitar la labor a la diplomacia, se hayan desmarcado de semejante inconveniencia. Lo que realmente ya raya la vergüenza ajena es la enésima pirueta dialéctica de los adalides de la Santa Cruzada. Son capaces de tergiversar cualquier argumentación con tal de que al final se justifiquen las opiniones totalitarias que subyacen de la frase de Berlusconi y que nos llevan al choque de civilizaciones de Huntington. Estas falacias, tarde o temprano, caerán en el más absoluto ridículo. Mientras tanto, los propagandistas de la guerra contra el Islam continuarán con su particular batalla contra la verdad y haciéndole el juego a los terroristas.