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Incapacidad para el debate

Un mérito es innegable: el despertar en el seno de las sociedades occidentales un debate de tal importancia. Ahora todos los opinadores profesionales necesitan tener una postura sobre el tema. Pero, como parece lógico, algunos por su indigencia intelectual no son capaces de moverse a sus anchas hablando de estos asuntos. A estas alturas, no estaría mal que se replantearan la estrategia de la simplificación maniquea y la superficialidad, de la criminalización y de la confusión. El debate de la globalización será fructífero si todos aportan soluciones a los hechos y realidades que portan como pancarta los manifestantes llamados antiglobalización. Quien no esté por labor, al menos debería abstenerse de alimentar los discursos reaccionarios que amparan los falsos defensores de la Libertad.