Saltar al contenido

El futuro

Quién iba a pensar que en el turbulento inicio del siglo XXI nos encontraríamos un día al despertarnos el siguiente titular: «Una empresa de EE UU clona por primera vez un embrión humano». Parece sacado de esas ficciones futuristas del siglo pasado. Pero claro, es que ya estamos en ese futuro. Y los avances científicos en materia de clonación terapéutica -precisa terminología- no esperan. Decir que los logros de la ciencia caracterizarán las próximas décadas es ya un lugar común.

Sin embargo, la vorágine de opiniones desde todos los ámbitos que empiezan a concurrir alrededor de estas investigaciones científicas, nos presenta curiosas paradojas. El gobierno de EE UU y el Vaticano muestran reticencias, uniéndose en una triste trinchera el país más avanzado del globo, donde se ha dado este paso decisivo, y el arcaico estado comandado por los trasnochados guardianes de la moral (de su moral, mejor dicho). Ahora va a resultar que Bush no apuesta por el progreso…

… Nadie lo diría ¿verdad? Otro tema central de este de siglo será la lucha contra el terrorismo global. La guerra en Afganistán es la primera escala (¿ya nos están intentando convencer de que Irak debe ser la próxima?) y tiene por ello la simbología del aviso a navegantes, pues «eso es lo que le pasa a un estado por apoyar a los terroristas». A partir de ahora, los rogue states lo van a tener crudo, porque tan inexorable como el avance de la ciencia, será la imposición de EE UU de su orden mundial, el orden de la justicia y la libertad, por un lado, y también el de la sumisión de la llamada Comunidad Internacional a sus deseos. Leo en el periódico: «EE UU juzgará a través de tribunales militares». Pues tampoco suena a futuro esto ¿no? Más bien parece una vuelta a la Inquisición… ahora en nombre del Dios americano.