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Muerte del reportero

Nombraba hace poco a José Luis Alvite con motivo del cierre de un periódico. Ahora escribe en La Razón su columna diaria ambientada en ese universo particular creado alrededor del Savoy, un antro que despierta la genialidad del contador de historias. El reciente y trágico asesinato de un reportero de guerra, Julio Fuentes, junto a otros compañeros que se dejaron el pellejo en su labor informativa en Afganistán, el infierno televisado, provoca una reflexión de Alvite sobre los distintos tipos de periodistas, los que pretenden serlo y quienes se han dado cuenta de que «la verdad de la vida está en las calles».

En las cumbres y en las cloacas, hay «periodistas acomodados que corren el riesgo de morir por retención de orina», otros «que tendrían que recibir el sueldo envuelto en papel higiénico» y algunos «que sólo se jugarían la vida atragantándose con el entrecot en Moncloa», según Alvite. Un lúcido retrato que se dibuja en estas líneas, escritas a raíz del impacto de la muerte del periodista en la zona de conflicto, en el lugar de la noticia. Merece la pena leerlo completo.