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Guerra

Se está hablando mucho sobre la situación en Oriente Próximo. ¿Sirven de algo las palabras? Cada uno da su versión, y en ocasiones el debate en la opinión pública europea se convierte en un diálogo de sordos cuando se dan los argumentos a favor de uno y otro bando. Tanto los palestinos como los israelíes tienen sus razones, pero de nada sirven en una espiral de violencia como esta en la que todos pierden: la paz, ahora imposible, es el único camino. Junto a palabras, propaganda, reflexiones de unos y de otros, se encuentra en la prensa un poco de sensatez: justamente lo que falta en el gobierno de Bush. Aquí van algunas frases y un párrafo de un escritor israelí:

«La tragedia es ya completa por mucho que se agrave. Se ha llegado tan lejos que todos los horizontes se antojan abismos. La violencia incendia Oriente Próximo … En estos momentos lo que cuenta, guste o no, es que Arafat es el legítimo interlocutor, y hay que tratarlo como tal, sin humillarlo … Sharon no quiere interlocutores sino ilotas … El objetivo es reducir al rival. Hasta al punto de que el rival deja de creer en sí mismo … De acuerdo con las más comunes definiciones de lo que es terrorismo, éste se viene practicando por las dos partes enfrentadas … La continua humillación a los palestinos es la garantía de que la cantera de mártires irá en aumento»

«En esta región han estallado dos guerras entre palestinos e israelíes. Una es la guerra de la nación palestina para liberarse de la ocupación y por el derecho a ser un Estado independiente. Cualquier persona decente debe apoyar esta causa. La segunda guerra es la que libra el islam fanático, desde Irán hasta Gaza y desde Líbano hasta Ramala, para destruir a Israel y expulsar a los judíos de su tierra. Cualquier persona decente debe aborrecer esta causa» (Amos Oz, escritor israelí)