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Francia: lecciones para el futuro

Los resultados de la primera vuelta de las presidenciales en Francia han provocado en los medios una avalancha de análisis post-electorales como pocas veces antes se había conocido. El futuro de la izquierda, la política inmigratoria o el resurgimiento de los nacionalismos centran muchas reflexiones; se incide también en el significado de ese ‘voto del descontento’ como crisis de lo político. Rechazo a la ‘partitocracia’ que afecta a la legitimidad del sistema de representación democrática. Manuel Castells escribía hace unos días que «hay mucho de común en la creciente incapacidad de las formas democráticas del Estado-nación para representar a los ciudadanos a la vez en la gestión de lo global (donde reside el poder) y en la preservación de lo local (donde vive la gente)».

Para Castells el fenómeno es multipolar, pues «la crisis de representación proviene a la vez del voto de protesta populista de derecha, del desánimo de los ciudadanos con respecto a los principales partidos del arco democrático y del ascenso del voto alternativo y de extrema izquierda». La política tiene que reinventarse para mantener su papel central en las democracias actuales. Como apunta Fernando Vallespín, «la política convencional va a sufrir un importante proceso de transición hacia algo todavía difuso, pero que se atisba ya como casi inexorable. La progresiva incapacidad de los Estados-nación para gobernar su propio destino, su pérdida de autonomía y la necesidad de gestionar una creciente diversidad étnica y cultural interna puede que sean los problemas más difíciles de resolver» (lee el resumen de prensa completo…)