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Células de futuro

A falta de mayor concreción, parece que se hará realidad la iniciativa de la Junta de Andalucía sobre la investigación con células madre embrionarias. Es un paso al frente en favor de Bernat Soria, que dispondrá de los recursos necesarios para su trabajo en el Centro de Investigación Biomédica de Sevilla, y en contra de la moral oficial que el Gobierno central ha impuesto en materia de bioética. La descentralización tiene estas ventajas: los repartos de poder incentivan el florecimiento de nuevas iniciativas y de procesos de innovación más plurales. Si las competencias y el marco legal lo permiten, Soria dispondrá a cargo de la Junta de embriones humanos congelados sobrantes de fecundaciones ‘in vitro’ de los cuales extraer las células madre imprescindibles para continuar con estas prometedoras investigaciones. Males como la diabetes, el Parkinson o el Alzheimer podrían tener nuevos tratamientos gracias a estos avances científicos.

Pero siempre habrá quien quiera poner palitos en la rueda de la Ciencia. Sectores conservadores de la sociedad parecen estar en sintonía con la postura adoptada por este Gobierno del PP, tan proclive a arrodillarse frente a la doctrina de la Iglesia, a la hora de interpretar la Ley de reproducción asistida en el sentido de prohibir a científicos como Bernat Soria el uso de células madre procedentes de embriones. Todo ello a pesar de contradecir el sentido común, las esperanzas de muchos enfermos pendientes de las investigaciones y la convicción de algunos insensatos que, resistiéndonos al integrismo religioso, pensamos que nunca será lo mismo un óvulo recién fecundado que un contribuyente o un concursante de Gran Hermano. Sin embargo, los fundamentalismos se sienten fuertes e intentan extender sus prejuicios entre la población. Apuestas decididas por el progreso científico son la mejor vacuna para que nos garanticemos un futuro mejor, más digno.