Hace casi diez años escribí el primer apunte de este blog, al que siguieron otros aquí y en otros rincones de internet, en forma de artículos de opinión o de breves anotaciones. El abajo firmante hizo uso desde entonces de un apellido prestado, del que me apropié y sólo pedí permiso a toro pasado (y por lo que debo agradecer a Fernando, a quien conocí años después). En las redes, la identidad y la genealogía llevan caminos separados. Esto queda demostrado con el uso (y el abuso) de alias. Pero ahora, en la firma de lo que escribo, Iwasaki deja paso a Del Toro. El cambio de década trae consigo una revalorización de la transparencia como virtud. Así pues, seamos más transparentes… hasta pasar inadvertidos.